Desde el 7 de septiembre y todos los domingos, antes de que finalice la misa, la comunidad peregrina hasta el lugar del hecho fatal, cuya víctima fue Bochi, para visibilizar el reclamo de que se coloquen reductores de velocidad e inspección municipal y así la plaza Los Naranjos sea un ámbito de vida y paz para todos. También, para orar por su alma y clamar por justicia, para que no haya otra nueva víctima. El párroco ha dicho que se trata de humanidad y por ello se seguirá peticionando a las autoridades, tal como se venía haciendo desde antes del trágico suceso, que terminó con la vida de vecina tan querida. Luego del saludo de paz, el párroco y los vecinos se acercan a brindar un abrazo de consuelo a su viudo y a la familia.
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