Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

HIMNO

El mundo brilla de alegría.
Se renueva la faz de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Ésta es la hora
en que rompe el Espíritu
el techo de la tierra,
y una lengua de fuego innumerable
purifica, renueva, enciende, alegra
las entrañas del mundo.

Ésta es la fuerza
que pone en pie a la Iglesia
en medio de las plazas
y levanta testigos en el pueblo,
para hablar con palabras como espadas
delante de los jueces.

Llama profunda,
que escrutas e iluminas
el corazón del hombre:
restablece la fe con tu noticia,
y el amor ponga en vela la esperanza,
hasta que el Señor vuelva.

SALMODIA 

Ant. 1. Del tronco de Jesé ha brotado la Virgen María, en cuyo tálamo ha entrado el Espíritu de Dios. 

Salmo 119
DESEO DE LA PAZ
Estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración (Rom 12,12).

En mi aflicción llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,
de la lengua traidora.
 
¿Qué te va a dar o mandarte Dios,
lengua traidora?
Flechas de arquero,
afiladas con ascuas de retama.
 
¡Ay de mí, desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo
con los que odian la paz;
cuando yo digo: "Paz",
ellos dicen: "Guerra".

Ant. Del tronco de Jesé ha brotado la Virgen María, en cuyo tálamo ha entrado el Espíritu de Dios. 

Ant. 2. Mirad: la Virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. 

Salmo 120
EL GUARDIÁN DEL PUEBLO

Ant. Del tronco de Jesé ha brotado la Virgen María, en cuyo tálamo ha entrado el Espíritu Santo

 

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
 
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
 
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
 
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.

Ant. Mirad: la Virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. 

Ant. 3. Se mostrará grande hasta los confines de la tierra; y éste será nuestra paz. 

Salmo 121
LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
Os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo (Heb 12,22). 

¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
 
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
 
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
 
Desead la paz a Jerusalén:
"Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios".
 
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: "La paz contigo".
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Ant.  Se mostrará grande hasta los confines de la tierra; y éste será nuestra paz.

TERCIA

LECTURA BREVE Ef 1, 9b-10

Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

V. El ángel del Señor anunció a María. 
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo. 

ORACIÓN

Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que a cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo.

SEXTA

LECTURA BREVE 1 Jn 4, 10

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados. 

V. Aquí está la esclava del Señor. 
R. Hágase en mí según tu palabra. 

ORACIÓN

Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que a cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo.

NONA

LECTURA BREVE 1 Tm 2, 5-6a

Dios es uno, y uno solo es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate de todos.

V. La Palabra se hizo carne. 
R. Y puso su morada entre nosotros. 

ORACIÓN

Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que a cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.  
R. Demos gracias a Dios.

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