Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

HIMNO

TERCIA

Cruz preciosa,
inmerecida:
a los hombres
diste vida.
 
Un dolor
en el madero;
y a los hombres
un Cordero.
 
Sangre roja
del combate;
y para el hombre
el rescate.
 
Tu victoria
es nuestra vida,
por la sangre
de tu herida.
 
Nuestra vida
es tu muerte
¡y para el hombre
qué suerte! Amén.

SEXTA

¡Misterio en el Calvario,
escándalo sangriento!:
el Señor de la tierra
esclavo en un madero.
 
Víctima escarnecida,
misterio y sacramento:
el Señor de la gloria
entre ladrones muerto.
 
Tú sabes que los hombres
ignoran lo que han hecho;
mas tu perdón los cubre,
Sacerdote y Cordero.
¡Misterio en el Calvario,
escándalo sangriento!
 
Al fin viene la hora
que espera el universo:
la cruz en él clavada
y tu gracia al acecho.
¡Víctima escarnecida,
misterio y sacramento!
 
Tu sangre derramada
floreció en el desierto.
¡Misterio del Calvario,
escándalo sangriento!:
la muerte muerta es vida
clavada en un madero. Amén.

NONA

Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.
 
Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha redimido.
 
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.
 
Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
 
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
 
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios—Hombre en sacrificio. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.

Salmo 26

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
 
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
 
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
 
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.
 
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá
en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
 
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
 
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
"Buscad mi rostro".
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
 
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
 
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
 
No me entregues
a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí
testigos falsos,
que respiran violencia.
 
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

Ant. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.

Ant. 2. Señor, sacaste mi vida del abismo.

Salmo 29

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
 
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
 
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos invita el llanto;
por la mañana, el júbilo.
 
Yo pensaba muy seguro:
"no vacilaré jamás".
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
 
A ti, Señor, llamé, supliqué a mi Dios:
"¿qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
 
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme".
 
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Ant. Señor, sacaste mi vida del abismo.

Ant. 3. Su tabernáculo está en Jerusalén, su morada en la paz.

Salmo 75

Dios se manifiesta en Judá,
su fama es grande en Israel;
su tabernáculo está en Jerusalén,
su morada en Sión:
allí quebró los relámpagos del arco,
el escudo, la espada y la guerra.
 
Tú eres deslumbrante, magnífico,
con montones de botín conquistados.
Los valientes duermen su sueño,
y a los guerreros no les responden sus brazos.
Con un bramido, oh Dios de Jacob,
inmovilizaste carros y caballos.
 
Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti
al ímpetu de tu ira?
Desde el cielo proclamas la sentencia:
la tierra teme sobrecogida,
cuando Dios se pone en pie para juzgar,
para salvar a los humildes de la tierra.
 
La cólera humana tendrá que alabarte,
los que sobrevivan al castigo te rodearán.
Haced votos al Señor y cumplidlos,
y traigan los vasallos tributo al Temible:
Él deja sin aliento a los príncipes,
y es temible para los reyes del orbe.

Ant. Su tabernáculo está en Jerusalén, su morada en la paz. 

TERCIA

LECTURA BREVE  1 Jn 1, 8-9

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, fiel y bondadoso es él para perdonarnos y purificarnos de toda iniquidad.

V. No me entregarás a la muerte.
R. Ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

ORACIÓN 

Señor todopoderoso, cuyo Unigénito descendió al lugar de los muertos y salió victorioso del sepulcro, te pedimos que concedas a todos tus fieles, sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar también con él a la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

SEXTA

LECTURA BREVE  1 Jn 2, 1b-2

Tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

V. El Señor da la muerte y la vida.
R. Hunde en el abismo y levanta.

ORACIÓN

Señor todopoderoso, cuyo Unigénito descendió al lugar de los muertos y salió victorioso del sepulcro, te pedimos que concedas a todos tus fieles, sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar también con él a la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

NONA

LECTURA BREVE  1 Jn 2, 8b-10

Las tinieblas pasan y la luz verdadera brilla ya. Quien dice que ésta en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.

V. Después de sepultar al Señor, sellaron el sepulcro.
R. Y pusieron guardias para custodiarlo.

ORACIÓN

Señor todopoderoso, cuyo Unigénito descendió al lugar de los muertos y salió victorioso del sepulcro, te pedimos que concedas a todos tus fieles, sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar también con él a la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

CONCLUSIÓN 

V. Bendigamos al Señor. 
R. Demos gracias a Dios.

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