Hora Intermedia
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en esa cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, al fin, tu amor y en tal manera
que, aunque no hubiera cielo yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera;
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
SALMODIA
Ant. 1. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.
Salmo 118, 161-168
XXI (Sin)
Los nobles me perseguían sin motivo,
pero mi corazón respetaba tus palabras;
yo me alegraba con tu promesa,
como el que encuentra un rico botín;
detesto y aborrezco la mentira,
y amo tu voluntad.
Siete veces al día te alabo
por tus justos mandamientos;
mucha paz tienen los que aman tus leyes,
y nada los hace tropezar;
aguardotu salvación, Señor,
y cumplo tus mandatos.
Mi alma guarda tus preceptos
y los ama intensamente;
guardotus decretos,
y tú tienes presente mis caminos.
Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.
Ant. 2. «Por mi vida —oráculo del Señor—, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva.»
Salmo 132
FELICIDAD DE LA CONCORDIA FRATERNA
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios (1 Jn 4, 7).
Ved qué dulzura, qué delicia,
convivirlos hermanos unidos.
Es ungüento precioso en la cabeza,
que va bajando por la barba,
que baja por la barba de Aarón,
hasta la franja de su ornamento.
Es rocío del Hermón, que va bajando
sobre el monte Sión.
Porque allí manda el Señor la bendición:
la vida para siempre.
Ant. «Por mi vida —oráculo del Señor—, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva.»
Ant. 3. Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.
Salmo 139
TÚ ERES MI REFUGIO
El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores (Mt 26, 45).
Líbrame, Señor, del malvado,
guárdamedel hombre violento:
queplanean maldades en su corazón
y todo el día provocan contiendas;
afilansus lenguas como serpientes,
conveneno de víboras en los labios.
Defiéndeme, Señor, de la mano perversa,
guárdamede los hombres violentos,
quepreparan zancadillas a mis pasos.
Los soberbios me esconden trampas;
losperversos me tienden una red
y por el camino me colocan lazos.
Pero yo digo al Señor: "Tú eres mi Dios";
Señor, atiende a mis gritos de socorro;
Señor Dios, mi fuerte salvador,
que cubres mi cabeza el día de la batalla.
Señor, no le concedas sus deseos al malvado,
no des éxito a sus proyectos.
Yo sé que el Señor hace justicia al afligido
ydefiende el derecho del pobre.
Los justos alabarán tu nombre,
loshonrados habitarán en tu presencia.
Ant. Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.
TERCIA
LECTURA BREVE Is 55, 3
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David.
V. Señor, crea en mí un corazón puro.
R. Renuévame por dentro con espíritu firme.
ORACIÓN
Señor, tú que en nuestra fragilidad nos ayudas con medios abundantes, concédenos recibir con alegría la salvación que nos otorgas y manifestarla en nuestra propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
SEXTA
LECTURA BREVE Cf. Jr 3, 12b. l4a
«Volved –oráculo del Señor-, que no os pondré mala cara, porque soy leal y no guardo rencor eterno. Volved, hijos apóstatas», oráculo del Señor.
V. Aparta de mi pecado tu vista.
R. Borra en mí toda culpa.
ORACIÓN
Señor, tú que en nuestra fragilidad nos ayudas con medios abundantes, concédenos recibir con alegría la salvación que nos otorgas y manifestarla en nuestra propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
NONA
LECTURA BREVE St 1, 27
La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.
V. Mi sacrificio es un espíritu contrito.
R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
ORACIÓN
Señor, tú que en nuestra fragilidad nos ayudas con medios abundantes, concédenos recibir con alegría la salvación que nos otorgas y manifestarla en nuestra propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
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