Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

HIMNO

Pastor, que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño,
tú me hiciste cayado de este leño
en que tiendes los brazos poderosos.
 
Vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguir empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
 
Oye, Pastor, que por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.
 
Espera, pues, y escucha mis cuidados.
Pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás, para esperar, los pies clavados? Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.

Salmo 118, 73-80

Tus manos me hicieron y me formaron:
instrúyeme para que aprenda tus mandatos;
tus fieles verán con alegría
que he esperado en tu palabra;
reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir.
 
Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo;
cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad;
que se avergüencen los insolentes
del daño que me hacen;
yo meditaré tus decretos.
 
Vuelvan a mí tus fieles
que hacen caso de tus preceptos;
sea mi corazón perfecto en tus leyes,
así no quedaré avergonzado.

Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.

Ant. 2. «Por mi vida —oráculo del Señor—, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva.»

Salmo 58
ORACIÓN PIDIENDO LA PROTECCIÓN DE DIOS CONTRA LOS ENEMIGOS
Estas súplicas expresan la confianza del Salvador ante su Padre (Eusebio de Cesarea).

Líbrame de mi enemigo, Dios mío;
protégeme de mis agresores,
líbrame de los malhechores,
sálvame de los hombres sanguinarios.
 
Mira que me están acechando,
y me acosan los poderosos:
sin que yo haya pecado ni faltado, Señor,
sin culpa mía, avanzan para acometerme.
 
Despierta, ven a mi encuentro, mira:
tú, el Señor de los ejércitos,
el Dios de Israel.
 
Estoy velando contigo, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar;
que tu favor se adelante, oh Dios,
y me haga ver la derrota del enemigo.
 
Pero yo cantaré tu fuerza,
por la mañana aclamaré tu misericordia;
porque has sido mi alcázar
y mi refugio en el peligro.
 
Y tocaré en tu honor, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar.

Ant. «Por mi vida —oráculo del Señor—, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva.»

Ant. 3. Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.

Salmo 59
ORACIÓN DESPUÉS DE UNA CALAMIDAD
En el mundo tendréis luchas, pero tened valor: Yo he vencido al mundo (Jn 16, 33).

Oh Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas;
estabas airado, pero restáuranos.
Has sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
 
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo;
diste a tus fieles la señal de desbandada,
haciéndolos huir de los arcos.
 
Para que se salven tus predilectos,
que tu mano salvadora nos responda.
 
Dios habló en su santuario:
"Triunfante ocuparé Siquén,
parcelaré el valle de Sucot;
 
mío es Galaad, mío Manasés,
Efraín es yelmo de mi cabeza,
Judá es mi cetro;
 
Moab, una jofaina para lavarme;
sobre Edom echo mi sandalia,
sobre Filistea canto victoria".
 
Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,
quién me conducirá a Edom,
si tú, oh Dios, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas?
 
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
él pisoteará a nuestros enemigos.

Ant. Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.

TERCIA

LECTURA BREVE Is 55, 3

Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David.

V. Señor, crea en mí un corazón puro.
R. Renuévame por dentro con espíritu firme.

ORACIÓN 

Concédenos, Dios todopoderoso, que, purificados por la penitencia cuaresmal, lleguemos a las fiestas de Pascua limpios de pecado. Por Jesucristo nuestro Señor. 

SEXTA

LECTURA BREVE Cf. Jr 3, 12b. 14a

«Volved –oráculo del Señor-, que no os pondré mala cara, porque soy leal y no guardo rencor eterno. Volved, hijos apóstatas», oráculo del Señor.

V. Aparta de mi pecado tu vista.
R. Borra en mí toda culpa.

ORACIÓN 

Concédenos, Dios todopoderoso, que, purificados por la penitencia cuaresmal, lleguemos a las fiestas de Pascua limpios de pecado. Por Jesucristo nuestro Señor.

NONA

LECTURA BREVE St 1, 27

La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

V. Mi sacrificio es un espíritu contrito.
R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.

ORACIÓN 

Concédenos, Dios todopoderoso, que, purificados por la penitencia cuaresmal, lleguemos a las fiestas de Pascua limpios de pecado. Por Jesucristo nuestro Señor.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.  
R. Demos gracias a Dios.

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