Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

El trabajo nos urge,
nos concentra y astilla.
Poco a poco, la muerte
nos hiere y purifica.

Señor del universo,
con el hombre te alías.
En nuestra actividad,
tu fuerza cómo vibra.

Señor de los minutos,
intensa compañía.
Gracias por los instantes
que lo eterno nos hilan.

Gracias por esta pausa
contigo en la fatiga.

Contigo hay alegría. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Ábreme los ojos, Señor, y contemplaré las maravillas de tu voluntad.

Salmo 118, 17-24 
III (Ghimel)

Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad; 
soy un forastero en la tierra:
no me ocultes tus promesas.

Mi alma se consume, deseando
continuamente tus mandamientos;
reprendes a los soberbios, 
malditos los que se apartan de tus mandatos.

Aleja de mí las afrentas y el desprecio,
porque observo tus preceptos;

aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus leyes;

tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ábreme los ojos, Señor, y contemplaré las maravillas de tu voluntad.

Ant. 2. Haz, Señor, que camine con lealtad.

Salmo 24
ORACIÓN POR TODA CLASE DE NECESIDADES
La esperanza no defrauda (Rom 5, 5).
I

A ti, Señor, levanto mi alma;
Dios mío, en ti confío, 
no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis enemigos;
pues los que esperan en ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas; 
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud; 
acuérdate de mí con misericordia, 
por tu bondad, Señor.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores; 
hace caminar a los humildes con rectitud, 
enseña su camino a los humildes.

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad 
para los que guardan su alianza y sus mandatos. 
Por el honor de tu nombre, Señor,
perdona mis culpas, que son muchas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Haz, Señor, que camine con lealtad.

Ant. 3. Mírame, oh Dios, y líbrame que estoy solo y afligido.

II

¿Hay alguien que tema al Señor? 
Él le enseñará el camino escogido: 
su alma vivirá feliz,
su descendencia poseerá la tierra.

El Señor se confía con sus fieles 
y les da a conocer su alianza.
Tengo los ojos puestos en el Señor, 
porque él saca mis pies de la red.

Mírame, oh Dios, y ten piedad de mí, 
que estoy solo y afligido. 
Ensancha mi corazón oprimido 
y sácame de mis tribulaciones.

Mira mis trabajos y mis penas
y perdona todos mis pecados; 
mira cuántos son mis enemigos, 
que me detestan con odio cruel.

Guarda mi vida y líbrame,
no quede yo defraudado de haber acudido a ti.
La inocencia y la rectitud me protegerán, 
porque espero en ti.

Salva, oh Dios, a Israel
de todos sus peligros.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mírame, oh Dios, y líbrame, que estoy solo y afligido.

TERCIA

LECTURA BREVE Am 4,13

El Señor formó las montañas, creó el viento, descubre al hombre su pensamiento, hace la aurora y el crepúsculo y camina sobre el dorso de la tierra; se llama Señor, Dios de los ejércitos.

V. Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor. 
R. Ensalzadlo con himnos por los siglos.

ORACIÓN 

Señor, tú que a la hora de tercia enviaste el Espíritu Santo sobre los apóstoles, reunidos en oración, concédenos también a nosotros tener parte en los dones de este Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SEXTA

LECTURA BREVE Am 5, 8

El Señor creó las Pléyades y Orión, convierte las sombras en aurora, el día en noche oscura; convoca las aguas del mar y las derrama sobre la superficie de la tierra; se llama El Señor.

V. Honor y majestad lo preceden.
R. Fuerza y esplendor están en su templo.

ORACIÓN 

Dios todopoderoso y eterno, ante ti no existe ni la oscuridad ni las tinieblas; haz, pues, brillar sobre nosotros la claridad de tu luz, para que, guardando tus preceptos, caminemos fielmente por tus sendas con el corazón ensanchado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

NONA

LECTURA BREVE Am 9, 6

El Señor construye en el cielo su escalinata y cimenta su bóveda sobre la tierra; convoca las aguas del mar y las derrama sobre la superficie de la tierra; se llama El Señor.

V. El cielo proclama la gloria de Dios.
R. El firmamento pregona la obra de sus manos.

ORACIÓN 

Contempla, Señor, a tu familia en oración y haz que, imitando los ejemplos de paciencia de tu Hijo, no decaiga nunca ante la adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

CONCLUSIÓN 

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

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