Liturgia de las horas

Vísperas

Las I Vísperas sólo se celebran cuando la fiesta de la Presentación del Señor cae en domingo.

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

De una Virgen hermosa
celos tiene el sol,
porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

Cuando del oriente
salió el sol dorado,
y otro Sol helado
miró tan ardiente,
quitó de la frente 
la corona bella,
y a los pies de la Estrella
su lumbre adoró,
porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

«Hermosa María
-dice el sol, vencido-,
de vos ha nacido
el Sol que podía
dar al mundo el día
que ha deseado.»
Esto dijo, humillado,
a María el sol,
porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

Al Padre y al Hijo
gloria y bendición,
y al Espíritu Santo
por los siglos honor. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Sus padres llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Salmo 112

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
 
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
 
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Ant. Sus padres llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Ant. 2. Adorna tu morada, Sión, para recibir al Mesías rey.

Salmo 147

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
 
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
 
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
 
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Ant. Adorna tu morada, Sión, para recibir al Mesías rey.

Ant. 3. Dichoso eres, Simeón, hombre justo, porque has recibido a Cristo, el Señor, libertador de su pueblo.

Cántico Flp 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
 
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
 
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Ant. Dichoso eres, Simeón, hombre justo, porque has recibido a Cristo, el Señor, libertador de su pueblo.

LECTURA BREVE Hb 10, 5-7

Cuando Cristo entró en el mundo, dijo «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios para hacer tu voluntad"».

RESPONSORIO BREVE

V. El Señor ha dado a conocer a su Salvador. 
R. El Señor ha dado a conocer a su salvador.
V. A quien ha presentado ante todos los pueblos. 
R. A su Salvador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor ha dado a conocer a su Salvador. 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El anciano llevaba al niño, el niño guiaba al anciano. La Virgen lo dio a luz, y permaneció virgen después del parto; adoró al mismo que engendró.

MAGNIFICAT Lc 1, 46-55
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
 
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
 
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
 
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El anciano llevaba al niño, el niño guiaba al anciano. La Virgen lo dio a luz, y permaneció virgen después del parto; adoró al mismo que engendró.

PRECES

Adoremos a nuestro Salvador, que hoy fue presentado en el templo, y supliquémosle:
 
Que nuestros ojos, Señor, vean tu salvación.
 
Cristo Salvador, que eres luz para alumbrar a las naciones, 
- ilumina a los que no te conocen, para que crean en ti, Dios verdadero.
 
Redentor nuestro, que eres gloria de tu pueblo Israel, 
- haz que tu Iglesia brille entre las naciones.
 
Jesús, deseado de todos los pueblos, a quien los ojos del justo Simeón vieron como Salvador, 
- haz que tu salvación llegue a todos los hombres.
 
Señor, en cuya presentación fue anunciada a María, tu madre, una espada de dolor, 
- fortalece a los que sufren tribulación por causa de tu servicio.
 
Cristo, felicidad de los santos, a quien Simeón pudo ver antes morir, como era su ardiente deseo, 
- muéstrate a los difuntos que anhelan tu visión.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad  en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

ORACIÓN

Dios todopoderoso y eterno, te rogamos humildemente que, así como tu Hijo unigénito, revestido de nuestra humanidad, ha sido presentado hoy en el templo, nos concedas, de igual modo, a nosotros la gracia de ser presentados delante de ti con el alma limpia. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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